Pocos hubiesen apostado por que lo conseguirían. Pero lo han vuelto hacer. Por cuarta vez consecutiva, Toronto FC, se alza como campeón canadiense. Los chicos de Aaron Winter contra todo pronostico se llevan un titulo que calmara tensiones, que alegrara a una afición deprimida y que servirá a buen seguro como ese pequeño oasis en el inmeso desierto que se encuentra el equipo rojo. Todo gracias al trabajo del equipo. Al igual que en las eliminatorias de CCL que disputo a principio de temporada el cuadro de Winter, el equipo funciono como un bloque, a su estilo, pero les dio suficiente como para ser mejor. Reggie Lambe puso el gol del triunfo en el minuto 83 un gol que vale un campeonato.
Pero podia haber llegado bastante antes. Por que las ocasiones mas claras llegaron del cuadro rojo, que supo leer mejor el partido que los Whitecaps. La entrada en el equipo de Frings, le da a Toronto, un empaque y solidez mayor que hace crecer el rendimiento de sus defensas y por tanto del equipo entero. Ya sea por la presión añadida de ganar si o si la copa o el echo de la confianza en la debilidad del rival, Vancouver no ha sabido en 180 minutos ser superior a su rival y eso es una gran decepción para su técnico, Martin Rennie.